procuramos no morder,
pacemos, vigilamos y
rondamos y observamos,
investigamos el fin
de la disputa inútil.
Ella es más sabia y maestra
yo aprendo de su blanca educación,
su habilidad, como nuestro niño
comunica sin argumentos
las certezas amadas
previene la languidez
y el despecho engordado,
abultado, ese que ceba ira
y encadena afectos sin alas.
De “Afonías”
17.6.03
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